lunes, 16 de enero de 2017

NI bendecida ni afortunada, tenaz y disciplinada


Empecé 2017 con nostalgia por los finales, la emoción de tener nuevas oportunidades para hacer todo lo que siempre que digo que voy a hacer (y no hago) y con 3.5 kilos de más. En las primeras fotos del viaje que hicimos, soy una sílfide desnutrida y en la última soy como un buñuelo crudo, redondita y pálida. 

¡Ah! Ya la muchacha usa referencias bogotanas. Bueno, hay que adaptarse. Mi plan era llegar flaca como una niñita desnutrida del tercer mundo, pero miren, no tengo ni la determinación ni la fuerza de voluntad de Sascha Fitness todavía. Comer brócoli cuando los demás comen hallacas debe estar penado por ley. 

¿Cuáles eran los planes al empezar el año? Los planes eran hacer dieta después del 4, que más o menos cumplí; hacer ejercicio dos veces al día, que más o menos cumplí; tomar sol, que no pude porque hacía más frío en Miami que en San Antonio; comprar libros nuevos, que no cumplí porque me compré ropita y los libros los puedo bajar piratas y también sentarme a escribir que jode, cosa que estoy empezando a cumplir hoy. Yo lo hago todo, pero en delay. Dejé de fumar 10 días, volví. Paré 12 horas, volví. La sigo cagando y no sé cómo evitarlo. Si alguien tiene algún truco extra para luchar contra mi débil voluntad, por favor, lo necesito como nunca.

A pesar de todas esas cosas, el año empezó MUY bien. Yes, mayúsculas. Pero el cuento es largo y tengo que empezar por el principio, sopórtenme. En casi cinco meses en Bogotá, lo que más he hecho ha sido stand up. En 6 años en Venezuela, desde que empecé a hacer stand up, también hice más stand up de lo que he actuado. El stand up me ha ayudado a sobrevivir en términos económicos y emocionales, mucho más que la Carrera Madre, pues, que es la actuación. Entonces, vine a Bogotá dispuesta a usarla. 

Fun facts sobre el stand up en Bogotá: hay burda de comediantes buenos, bastantes locales y muchos teatros pero para variar no hay muchas comediantes mujeres. Cuando digo que no hay muchas es que conozco a tres. Sé que hay cuatro activas en circuitos, sin contarme a mí, pero a la otra no la conozco. ¿Por qué es eso? Por lo mismo que en todas partes del mundo, porque cuando somos chiquitas no nos celebran ser divertidas, cómicas o espontáneas, nos celebran ser lindas princesas observando como los niños se divierten y echan chistes desde un rinconcito de nuestros balcones imaginarios. 

Well, fuck that shit. A mí no me lo celebraron nunca, pero igual soy comediante aparte de actriz. 

Armada con mis chistes sobre no tener tetas–a pesar de que tengo tanto tiempo haciéndolos siguen funcionando y me siguen gustando–y una versión PDF del Comedy Bible, empecé a conocer comediantes aquí que se hicieron mis amigos. Me abrieron las puertas de sus locales, de sus circuitos y de sus corazones. Jodí, me reí, conocí esposas, novias, fui mal vista por dichas novias y esposas que no saben que yo no vuelvo a salir con ningún comediante más nunca en la puta vida porque esa gente está muy loca y es muy desadaptada, hice los chistes y fui el tema. Ya varios me trataron de invitar a salir, ya a todos los mandé a la mierda, ya varios me trataron de "ofrecer trabajo" invitándome a comer a las 11 de la noche– ¿de verdad? yo de huevona tengo sólo la cara, babies– pero en líneas generales son todos amados. Por aquello de que el gremio es chiquito, mejor dicho, diminuto como el pene de un hombre que le pega a una mujer, todos nos enteramos de que Comedy Central haría un casting en enero aquí en Bogotá. 

Muchos de mis nuevos compañeritos fueron oficialmente convocados a hacer el casting, a grabar el show que iría a manos de los que mandan y de ahí se decidiría quiénes grababan su propio especial. Obviamente empecé a preguntar qué debía hacer yo para hacer ese casting. Hubiera estado dispuesta a casi todo, menos a acostarme con el productor. Paja, me hubiera acostado con quien fuera. (Atención: eso es un chiste).  

Igual, el 18 de diciembre de 2016 recibí una llamada de esas que te hace volver a la vida. El productor del casting para nuevos comediantes en Comedy Central LatAm, me convocaba a estar en el callback. Yo no lo conocía pero mis colegas de aquí le hablaron de mí. Ellos me nombraron y por ellos me contactaron. La mejor sensación del mundo es que tu trabajo sea bueno y por eso gente que apenas te conoce y que podría ni inmutarse porque eres nueva, porque no eres de aquí, porque no has hecho las cosas como se hacen aquí, te hayan recomendado. Mis colegas fueron mis champions, publicistas y PR. Najadaaaaaa. Le conté a mi familia llorando, porque es el premio más lindo por la siembra más dura y el trabajo más hijo de puta que alguien pudiera tener. 

Ellos han podido omitir mi existencia. Han podido hablar de ellos y no de mí. Han podido recomendar gente que conocían antes de conocerme a mí, pero no lo hicieron. Estoy tratando de no comparar con Venezuela, pero mi experiencia en Venezuela fue muy distinta. Muy pocos comediantes éramos solidarios con los demás. Los que son, saben que son y los extraño todos los días. 

Sí, es verdad que yo no me he calado todas las verdes *en Colombia* pero ya me calé una parte en Venezuela. A mí no me da miedo pasarla mal, porque I've been through hell en el nombre de esta profesión que amo. No le tengo miedo a trabajar y seguir trabajando hasta que algo pase. Pero sí vengo con kilometraje, pues. No soy una nuevona y creo que me merecía estar en ese callback, se los juro. 

A ver, ya yo agarré un autobús semanal por La Bandera para ir a hacer reír gente que de todas todas me iba a subestimar de entrada, ya yo dormí en moteles dos veces por semana, ya yo recibí tres dólares como pago por viajar 6 horas, hacer el mejor show de la vida y volver a viajarlas de regreso, ya yo me monté en carritos sin aire acondicionado por 3 horas hasta Valencia, ya le dijeron en Burger Bar 369 Barquisimeto al host que no me llevara para allá porque "las mujeres no son cómicas," ya me gritaron varias veces "puta" en tarima por hablar de tirar en la rutina, ya un poco hombre que se cree comediante le dijo a nuestros compañeros de trabajo que me había cogido cuando ni un beso le he dado en su puta vida, ya vi como gente mucho menos talentosa que yo es reconocida por ser soez y vulgar en un país ordinario, ya me enfrenté al machismo y la misoginia y lo seguiré haciendo con gusto, ya–creo yo–debo haber hecho aunque sea a uno menos machista, ya otra comediante le dijo al dueño de un bar que qué bolas que yo me creía cómica por ser linda, ya vi como el público se le ríe a los famosos por ser famosos y no por ser buenos, ya fracasé en tarima por insegura, por no saberlo manejar, ya me bajaron a gritos, ya pasé tres minutos sin escuchar ni una sola risita, ya probé quién soy y qué quiero ser cuando me monto en un escenario, ya hice shows en medio de la crisis profesional más heavy de mi carrera, ya usé mi corazón roto para hacerlos reír y planeo seguirlo haciendo hasta el día que deje de respirar,  ya fui enratonada de un show a otro, ya dejé de beber por tener examen al día siguiente, ya me bajé sola de la tarima a llorar a mi habitación mientras mis amigos se tomaban selfies con las groupies, ya vi como en los circuitos en Venezuela el cerrador es hombre–casi siempre–no importa si tiene menos tiempo, material y talento que tú, ya vi que el cerrador no siempre es el mejor, sino el más "famoso," ya vi como gente que no sabe hacer stand up cree que puede hacer stand up porque tiene 100 mil seguidores más que yo, ya me odió la mitad del público por decir que el baseball me aburre, ya vi como llegaba más lejos el que tuviera padrino, ya tuve problemas con mis amigos por meterlos en mi rutina sin pedir permiso (más nunca volvió a pasar), ya me han amenazado por Twitter con violarme si sigo hablando mal del gobierno chavista que arruinó mi país, ya fui percibida como The Help porque mi trabajo es ir a entretener a los que rumbean, ya yo me leí todos los libros, ya yo pasé todas las horas necesarias escribiendo chistes de mierda para escribir uno solito que fuera bueno, ya entendí que no hay atajos, ya pasé horas en vela reescribiendo y reajustando, ya hice todo lo que ha estado en mi poder, ya me olvidé de cualquier mojón mental que haya podido tener en la vida, ya me eché encima a todo el sindicato de prepagos de la patria grande de Bolívar por decir la verdad, que es que ese trabajo no dignifica, a mí no me vengan a joder... Es evidente que aquí va un etcétera. 

Todas esas cosas se pueden resumir en la respuesta que le di a un pana que ese día me preguntó: 

–¿Cómo llegaste tú ahí? 
–Echándole un cerro de bola, darling

3 comentarios:

Victor Marin Viloria dijo...

Brava, mi Nina! Aplausos de pie. Es por logros como estos y por tantas otras cosas que siempre he estado enamorado un poquito de vos.

abrazo!

Fran dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sabri dijo...

Mi nina!! no sabía que estabas escribiendo en el blog. Feliz de actualizarme y leerte!! Eres grande, soy tu fan de siempre, y sé que llegaras a donde te propongas. Cada golpe, cada caída, cada mmgv que quiere verte jodida, es sólo un paso más hacia adelante, un "SI PUEDO" que te fortalece y te hace mejor de lo que ya eres. Congrats, una y mil veces darling. loviu beibi!